INTERROGANTES QUE SURGEN ANTE LOS NIÑOS A NUESTRO CUIDADO

Yo quisiera, hoy en día, dirigir nuestra atención a los así mal llamados “niños problemas”, los cuales poseen severos trastornos volitivos acompañados algunos de un gran intelectualismo, muchos de los cuales se caracterizan por una hiperkinesia, déficit atencional,  enormes  dificultades  para iniciar cualquier trabajo o enfrentar algún obstáculo.

Frente a ellos surgen muchas interrogantes y yo creo que nos invitan a una gran reflexión y responsabilidad y deberían generar en nosotros un verdadero y creciente interés por ayudarlos a curarse, tanto en los maestros como en sus padres y adultos que los rodean.

Son niños que se muestran ante nosotros muy sensibles frente a lo que el mundo les da y se manifiestan en continuos contrastes con gestos muy luminosos y bellos y otros muy oscuros, mostrándonos así el reto al cual los adultos estamos enfrentados; movernos entre contrastes y encontrar el justo equilibrio a cada instante; siempre están presentándonos las tareas a las cuales debemos abocarnos para resolver nuestras problemáticas y sólo en la resolución de ellas poder ayudarles.

Ellos nos piden todo el tiempo ampliar nuestra comprensión y amoroso interés hacia sus dificultades, nos exigen aprender a mirar detrás de todas esas manifestaciones un espíritu pujando por manifestarse y siendo imposibilitado y coartado, tanto por sus propios obstáculos como por los del medio que los rodea, lo que va agravando su problemática día en día, minuto a minuto.

¿Qué mundo y experiencias les estamos nosotros deparando que los lleva a esta situación y que se pone de manifiesto muchas veces recién con el inicio de la escolaridad?

¿Podemos visualizar en forma concreta la responsabilidad que tenemos frente a ellos que nos lleve a corregirnos y de ahí ayudarlos?

¿Qué tareas y cambio en el entorno debemos emprender, cada uno de nosotros, frente al creciente número de niños que inician así tan enfermos su educación? ¿Cómo dirigir las exigencias hacia nosotros y no hacia ellos?

¿Qué tareas en conjunto con los maestros debemos emprender para afrontar las responsabilidades que el mundo nos entregó al dejar en nuestras manos la educación de estos niños?

Mi deseo con este artículo es llevarnos a reflexionar y de ahí crear caminos de ayuda concreta, en aprender a mirarlos con amoroso interés y sin crítica ni juzgamiento hacia ellos, pues desde ahí se puede emprender el camino de ayuda.

Artículo escrito por la Dra. Blanca Ortúzar Meza (1951 – 2010), pionera de la medicina antroposófica en Chile, para el boletín conmemorativo de la festividad de San Juan del año 1999.

Las obras de teatro en el Colegio Giordano Bruno, primer colegio Waldorf de Chile

El currículum que se despliega en cada año escolar en los colegios Waldorf surgió como fruto del profundo conocimiento del hombre y su desarrollo evolutivo, de Rudolf Steiner.

Un tema transversal en la enseñanza son los cuentos y leyendas que se le entregan a los niños que, de acuerdo a las directrices que dio Steiner a la pedagogía, van en concordancia con las vivencias más íntimas que tienen los alumnos en cada edad. Estos cuentos vienen a ser la atmósfera que los rodea en cada año de aprendizaje y en este sentido las obras de teatro que los niños representan como finalización de año es la coronación de estas experiencias del día a día en el colegio.

Los niños representan los cuentos y leyendas que escucharon durante todo un año, y al encarnar los personajes que los acompañaron en sus clases, tales como: el Rey, el príncipe y la princesa, Francisco de Asís, Noe, Abraham, Moisés, Salomón, Odin, Thor, Vidar, Alejandro Magno, Zeus, Aquiles, Eneas,

Alejandro Magno

Alejandro Magno

Francisco de Asis

Francisco de Asís

Parsifal, Gawain, Arturo, Juana de Arco, y ya en 7° y 8° obras de teatro de genios de la literatura, todo ello queda como una experiencia inolvidable al transitar por las etapas de su vida. Al representar los personajes que fueron un faro durante el año escolar, el alma infantil se enaltece plena de contenido moral para posteriormente y con estas fuerzas enfrentar los desafíos del mundo que les toca vivir. (*)

(*artículo escrito por una ex-profesora Waldorf y actual colaboradora de impulsos Antroposóficos)