Quisiera enfocar el tema de la lectura desde antes que el niño aprenda a leer. Y, más que entrar en el tema de cómo aprende a leer, que sería de todos modos interesante de tratar, quiero referirme al alimento espiritual que significa para el alma del niño lo que lee; para lo cual nosotros tenemos que compenetrarnos de la verdadera esencia de lo que decimos o leemos a un niño, además de conocer las necesidades de cada etapa de desarrollo, las exigencias de cada edad y las dificultades individuales, antes de escoger una lectura apropiada para cada niño.
El niño que entra al segundo septenio, que ha cambiado de dientes y comienza a ser parte de una clase primera, aún está inmerso en el mundo del cuento de hadas.
¿Qué son en realidad los cuentos de hadas? ¿En qué época de la historia de la humanidad aparecieron?
La conciencia humana se ha ido desarrollando, hasta llegar a la conciencia actual, a través de épocas históricas o culturales. No ha sido siempre la que es actualmente y, por ende, la historia de la humanidad pre-cristiana y post-cristiana puede ser comprendida sólo en la medida en que aprendamos a respetar la realidad del alma de los hombres en cada época cultural. A esto se refiere Rudolf Steiner como la evolución espiritual del hombre en la Tierra. Actualmente no podemos pensar o sentir como el hombre de la Edad Media. ¿Qué sentía un San Francisco?, ¿Qué pensaba un Tomás de Aquino? Tenemos que aceptar que cada vez que alejamos más la mirada de la época actual, se acrecientan nuestras dificultades para comprender, por ejemplo, a los héroes griegos, a los sacerdotes egipcios, a los pueblos hindúes. Estos pueblos nos han legado lo que son: los mitos, las leyendas y los cuentos de hadas, sin duda de gran belleza.
¿Cuál es el profundo sentido, la íntima verdad que encierran? Los mitos y las leyendas nacieron de la sabiduría que experimentaba el hombre antiguo directamente desde el mundo espiritual. Es una sabiduría imaginativa, de ningún modo arbitraria, pues las imágenes les eran regaladas al alma, que aún estando en la Tierra, podía vincularse, especialmente en la noche, con los seres espirituales. Este vínculo con el mundo espiritual no es posible hoy en día del mismo modo, pues estos años de evolución han permitido al hombre desarrollar la conciencia dada por el pensamiento intelectual. Y desde este pensamiento, ganado a través de estos años de evolución, la Antroposofía nos invita a recorrer un camino en la búsqueda de la verdad, como tan bellamente lo expresa Rudolf Steiner en su libro «Teosofía»:
«Gracias al pensamiento el hombre traspasa los límites de la vida individual y adquiere algo que trasciende su alma. Tiene la convicción absoluta de que las leyes del pensar están en concordancia con el orden del universo y en virtud de ellos se considera a sí mismo como perteneciente al universo. Esta concordancia es fundamental para que el hombre llegue a conocer su propia esencia.
Busca en su alma la verdad y a través de esta verdad se expresa no sólo el alma, sino que se expresan las cosas del mundo. Lo que el pensamiento reconoce como verdad tiene significado propio, autónomo, que concierne no sólo al alma, sino a sí mismo y a todas las cosas del mundo. El encanto que me inspira el cielo estrellado vive en mí; mientras que los pensamientos que concibo acerca de la trayectoria de los astros, tienen para el pensar de cualquier otra persona la misma importancia que para mí. Sería absurdo hablar de mi encanto si yo no existiese; más no es igualmente absurdo hablar de mis pensamientos, aún sin referencia a mi persona, porque la verdad que pienso hoy era también verdad ayer y lo será igualmente mañana, aunque solamente hoy me ocupe de ella.
Al concebir una verdad el alma se une a algo que tiene un valor en sí mismo y este valor no desaparece con el sentimiento del alma, como tampoco apareció con él. Lo que realmente es una verdad, ni nace ni muere: tiene significado indestructible…»
Es esta misma verdad la que el niño, que viene recién llegando a la Tierra, necesita que lo reciba y acompañe en su crecimiento. El niño necesita de imágenes que le permitan experimentar sentimientos de veneración, de devoción. Y así mismo, necesita levantar estos sentimientos hacia algún adulto digno de veneración, pues estos sentimientos de devoción cultivados en el alma durante la niñez se transforman en el adulto en fuerzas para buscar la verdad y el conocimiento.
Durante los dos primeros años de la enseñanza básica sería aconsejable que la lectura estuviera especialmente cuidada en el cuándo, en qué lugar y cómo me he preparado para contar esta verdad a los niños; y para estos cursos son especialmente aconsejables los cuentos de los hermanos Grimm, como se indica en sus biografías: «Jacob y Wilhelm Grimm trabajaron hasta el último día de sus vidas, desde la mañana a la noche, recopilando, ordenando y reescribiendo. Fue un gran trabajo selectivo, sintetizador y de redacción para hallar la forma en que hoy aparecen recopilados los cuentos».
Si podemos imaginarnos una de estas horas de abnegado trabajo quizás podamos comprender por qué es tan importante respetar una buena edición en la elección de las lecturas para los niños. Además, como pueblo de habla castellana, cuidarnos de conseguir una buena traducción.
Quisiera destacar, además, la importancia que tiene para los niños el que puedan leer primero un libro de lectura hecho a mano por sus padres, antes de leer un texto impreso. Y, por otro lado, los invito a rescatar la lectura hacia los niños. No es lo mismo escuchar de la madre que leer solo y poder compartir las tan bellas narraciones que podemos encontrar a lo largo de nuestra historia.
Pilar Salinas
Profesora Colegio Giordano Bruno