El Kindergarten

Durante la primera etapa de la vida el ritmo es fundamental. Rudolf Steiner nos enseñó cómo el ritmo es algo vivo, es el portador de la salud. “Cuanto más rítmicamente viva el niño, más sano será su desarrollo”. Es por esto que en el Kinder las actividades se repiten año a año y el ciclo del año se convierte en un organismo rítmico de celebración. El saludo, el cuento, los cantos, las rondas, la colación, el juego en la sala y en el patio, y la despedida constituyen un ritmo ágil, alegre  y cálido que envuelve el quehacer diario de los niños.

Tan pronto entran a clases los niños del Kinder comienzan este proceso con entusiasmo, recogiendo nueces en el paseo y preparando la bolsita con los frutos secos que se llevan a la casa el día de la celebración de la fiesta del coraje, en la imagen del Arcángel Micael que lucha con el dragón.

Al finalizar el otoño celebramos la fiesta del farol. Invitamos a las familias y amigos de los niños a ser parte de una procesión que recorre el patio del Colegio cantando en el atardecer con sus farolitos encendidos.

Comienza el frío, la luz se va acortando, las noches son más largas. Al comienzo del invierno preparamos  el espiral con ramas de pinos para encender una velita (que se confecciona con los niños) en el centro. Así celebramos el primer adviento y los cuentos culminan en la celebración del nacimiento del niño Jesús en el pesebre y la visita de los pastores.

Después de las vacaciones de invierno se produce una transformación en este organismo de celebración y los niños preparan la siembra del pasto en sus canastos. Cuando las mañanas todavía son heladas pero el sol comienza a irradiar nuevamente y la naturaleza se alegra con los brotes de primavera celebramos la Pascua de Resurrección. El conejito visita el Kinder dejando sus huevos de colores en los canastos de cada niño.

Finalmente con la llegada del verano hacemos rondas, cantos y paseos despidiendo otro año.

 

Artículo escrito por Pilar Salinas, profesora de Kindergarten.

 

 

LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA

“Llegamos a la clase tercera, algunos niños tienen ya nueve años y los otros los cumplirán en los meses próximos; están dando un paso más hacia la tierra y comienzan a mirar con ojos más propios; van dejando atrás poco a poco el cobijo celeste y comienzan a tantear cómo poner los pies en este mundo que empieza a separarse de ellos, del cual se desprenden; cómo sigo? me puedes ayudar tú? son las preguntas que laten en sus inquisidoras miradas, en sus agudas captaciones de mis actos, atentos a mis virtudes y errores, con el corazón abierto, en busca del depositario de máxima confianza.

Corre el primer mes del año escolar y nos disponemos con palas y carretillas y atuendo apropiado a construir nuestros primeros cimientos de donde se levantará nuestra “casa”; cimientos profundos, fuertes y llenos de buenos deseos que sostengan las rectas paredes de robustos y consistentes adobes. En una fiesta casi ceremonial mezclamos las humildes materias: tierra, paja y agua que bajo nuestras pisadas se amalgaman hasta tener la consistencia justa, para llenar las adoberas.

Mucho trabajo! Pasan dos,  tres semanas. Diariamente, luego de la hora principal ( clase principal) nos abocamos a la construcción, bajo cielos despejados o nublados… avanzando.

Las paredes han de quedar rectas y firmes, pues sostendrán un techo bien construido de alta cumbrera, “la casita del tercer año”…

Ellos hacen afuera, con esfuerzo, alegría y nobles materiales lo que están construyendo en sí mismos, un futuro hombre que se sostenga frente a los embates, que guarde calor y abrigue lo que en él resida.”

 

Cecilia Ascorra

Profesora de 3er. Año

COLEGIO GIORDANO BRUNO, un colegio Waldorf

EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA EN LA CLASE DE MATEMÁTICAS

Al estudiar, en distintos ciclos de pedagogía, las ideas de Rudolf Steiner sobre la enseñanza de las Matemáticas, descubrí un día, en los ejemplos concretos que él usaba, cómo se podía «educar» al niño. Se trata de enseñar matemáticas a la vez de educar y eso fue lo que descubrí. Daré varios ejemplos que encontré en aquellas conferencias:

1.Dice la mamá: – Hijo reparte «cristianamente» 12 galletas entre tú y tu hermana.  Dice el niño: -¿qué es repartir «cristianamente»?   Dice la mamá: -Poner las galletas en dos platitos y darle a tu hermana el que tiene más.   Dice el niño: -¿y por qué no le pides a ella mejor?

2. La mamá manda a su hija Margarita a comprar 7 manzanas a la esquina. En el camino de vuelta la niña, que va corriendo, se cae y se le vuelca el canasto. La vecina viene detrás y la ve recoger las manzanas y seguir corriendo. Cuando la niña llega a su casa le entrega el canasto con las manzanas a su mamá, quien dice: «¡solo hay cinco!»… En eso alguien golpea la puerta… ¡es la vecina! ¿Cuántas manzanas trae la vecina?

3. Un campesino hace un gran queso, redondo como un gran sol. Se trata de saber cuántas personas comieron de su queso. Después de compartir con su familia y vecinos, el campesino se va al mercado. Allí está lleno de gentes, tanta que se hace difícil caminar. Algunas señoras le compran un trozo para llevar a sus casas; un niño pasa corriendo y saca un trozo sin que el campesino se dé cuenta; luego un perro hace lo mismo. Al poco rato el niño vuelve arrepentido y le devuelve el trozo al campesino …. El perro no volvió.

En dos de estos ejemplos se encuentra un toque de humor. Si un niño se sonríe o ríe es señal de que lo dicho le ha hecho impacto en su alma. Probablemente no lo olvidará.

Articulo escrito por Isabel Alliende C., actualmente profesora de 1° año de Enseñanza Básica de nuestro Colegio.

 

Formación docente: actual exigencia a los colegios

(Extracto de artículo)

“…Una pregunta que surgió en una jornada que se realizó en Suiza, en referencia a la “Transformación  del Estudio de la Pedagogía”, fue la siguiente: ¿Se trata de la “formación” o de la “instrucción” de maestros? ¿Se trata de que el futuro maestro agregue durante su estudio, a lo que él ya presenta como su personalidad, los conocimientos para llegar a determinadas metas para aprender a educar, es decir, a conseguir contenidos y esquemas educativos? ¿O se trata de que ese futuro maestro desarrolle su personalidad y se transforme, para estar así a la altura de su tarea de educar a grupos de jóvenes seres humanos en crecimiento? Estas preguntas encabezan las preguntas que se originan en profundas preocupaciones, todas ellas relacionadas con las grandes exigencias de la vida humana y del desarrollo humano, y que desde la Sociología se describen como “individuación”. A principios de siglo (siglo XX), la vida del hombre estaba todavía enraizada en múltiples formas de vida que se apoyaban en el pasado. El niño crecía junto con sus hermanos en el marco de una familia con determinadas costumbres, con tareas, con juegos, con canciones. Su vida estaba impregnada por un ámbito religioso y todo se orientaba por principios morales. Cuando el hombre, ya como ser adulto se insertaba en una vida profesional, el trabajo constituía para él un valor relacionado con la ética. Por todo esto el hombre podía desarrollarse como persona. Hoy en día el hombre está en cierta manera debilitado en su desarrollo, en parte debido a la falta de formas tradicionales de vida que se han desmoronado por completo. En esta situación sólo hay dos caminos. Transitando uno de ellos el hombre se convierte en hoja al viento de sus deseos y pasiones, frente a todo aquello que la sociedad de consumo le ofrece como tentación; él es, siguiendo las palabras de D. Riesman “guiado hacia afuera de sí mismo o –y ese es el sentido más profundo de la pérdida de las tradiciones- él encuentra en sí mismo las fuerzas y capacidades para darle a su vida desde el interior, la dirección y el apoyo que antes le llegaba desde afuera. Este paso es necesario en esta época del desarrollo del “Alma Consciente”, ya que es una exigencia del camino hacia la independencia y la Libertad.

Este paso evolutivo del hombre implica sin embargo un riesgo desde lo específicamente humano. El cambio de paradigma sólo puede realizarse si el Colegio, junto con sus maestros, alcanza este lugar que permita a los niños desarrollar esa llama que les haga posible dar a sus vidas una dirección y un sentido desde el interior. El Colegio tiene hoy una función y una responsabilidad histórica, esta es la razón de la existencia de los Colegios Waldorf. El maestro tiene una tarea humanitaria y debe estar compenetrado interiormente por ella. ¿Cómo estamos entonces frente a la pregunta “¿formación o instrucción de maestros?” Las indicaciones que nos da Rudolf Steiner tienen una sola acepción:  “Hay que llegar a la resolución de reconocer la necesidad de conseguir una constitución anímica completamente nueva, distinta a la que se había tenido hasta ahora, o dicho de otra manera, se debe agregar a la anteriormente presente, una nueva.” Esta frase se encuentra en el libro “El umbral del mundo espiritual”, en el cual Rudolf Steiner describe el camino por el cual se llega desde una conciencia corriente ligada a los sentidos, a una vivencia consciente en el dominio de lo suprasensible. Las mismas palabras, con respecto a una completa transformación de la constitución anímico espiritual se encuentra en todos los lugares desde donde Rudolf Steiner habla a los maestros Waldorf de la formación docente de un Maestro Waldorf. Para acompañar el paso de la humanidad del actual estadio evolutivo al siguiente, no se puede trabajar desde una constitución anímico espiritual antigua, sino que el maestro debe desarrollarse hacia una nueva constitución de su alma y de su espíritu.”

Autor:  Ernst Michael Kranich   (1929 – 2007)

Profesor Waldorf  y  formador de maestros Waldorf.

INTERROGANTES QUE SURGEN ANTE LOS NIÑOS A NUESTRO CUIDADO

Yo quisiera, hoy en día, dirigir nuestra atención a los así mal llamados “niños problemas”, los cuales poseen severos trastornos volitivos acompañados algunos de un gran intelectualismo, muchos de los cuales se caracterizan por una hiperkinesia, déficit atencional,  enormes  dificultades  para iniciar cualquier trabajo o enfrentar algún obstáculo.

Frente a ellos surgen muchas interrogantes y yo creo que nos invitan a una gran reflexión y responsabilidad y deberían generar en nosotros un verdadero y creciente interés por ayudarlos a curarse, tanto en los maestros como en sus padres y adultos que los rodean.

Son niños que se muestran ante nosotros muy sensibles frente a lo que el mundo les da y se manifiestan en continuos contrastes con gestos muy luminosos y bellos y otros muy oscuros, mostrándonos así el reto al cual los adultos estamos enfrentados; movernos entre contrastes y encontrar el justo equilibrio a cada instante; siempre están presentándonos las tareas a las cuales debemos abocarnos para resolver nuestras problemáticas y sólo en la resolución de ellas poder ayudarles.

Ellos nos piden todo el tiempo ampliar nuestra comprensión y amoroso interés hacia sus dificultades, nos exigen aprender a mirar detrás de todas esas manifestaciones un espíritu pujando por manifestarse y siendo imposibilitado y coartado, tanto por sus propios obstáculos como por los del medio que los rodea, lo que va agravando su problemática día en día, minuto a minuto.

¿Qué mundo y experiencias les estamos nosotros deparando que los lleva a esta situación y que se pone de manifiesto muchas veces recién con el inicio de la escolaridad?

¿Podemos visualizar en forma concreta la responsabilidad que tenemos frente a ellos que nos lleve a corregirnos y de ahí ayudarlos?

¿Qué tareas y cambio en el entorno debemos emprender, cada uno de nosotros, frente al creciente número de niños que inician así tan enfermos su educación? ¿Cómo dirigir las exigencias hacia nosotros y no hacia ellos?

¿Qué tareas en conjunto con los maestros debemos emprender para afrontar las responsabilidades que el mundo nos entregó al dejar en nuestras manos la educación de estos niños?

Mi deseo con este artículo es llevarnos a reflexionar y de ahí crear caminos de ayuda concreta, en aprender a mirarlos con amoroso interés y sin crítica ni juzgamiento hacia ellos, pues desde ahí se puede emprender el camino de ayuda.

Artículo escrito por la Dra. Blanca Ortúzar Meza (1951 – 2010), pionera de la medicina antroposófica en Chile, para el boletín conmemorativo de la festividad de San Juan del año 1999.

Las obras de teatro en el Colegio Giordano Bruno, primer colegio Waldorf de Chile

El currículum que se despliega en cada año escolar en los colegios Waldorf surgió como fruto del profundo conocimiento del hombre y su desarrollo evolutivo, de Rudolf Steiner.

Un tema transversal en la enseñanza son los cuentos y leyendas que se le entregan a los niños que, de acuerdo a las directrices que dio Steiner a la pedagogía, van en concordancia con las vivencias más íntimas que tienen los alumnos en cada edad. Estos cuentos vienen a ser la atmósfera que los rodea en cada año de aprendizaje y en este sentido las obras de teatro que los niños representan como finalización de año es la coronación de estas experiencias del día a día en el colegio.

Los niños representan los cuentos y leyendas que escucharon durante todo un año, y al encarnar los personajes que los acompañaron en sus clases, tales como: el Rey, el príncipe y la princesa, Francisco de Asís, Noe, Abraham, Moisés, Salomón, Odin, Thor, Vidar, Alejandro Magno, Zeus, Aquiles, Eneas,

Alejandro Magno

Alejandro Magno

Francisco de Asis

Francisco de Asís

Parsifal, Gawain, Arturo, Juana de Arco, y ya en 7° y 8° obras de teatro de genios de la literatura, todo ello queda como una experiencia inolvidable al transitar por las etapas de su vida. Al representar los personajes que fueron un faro durante el año escolar, el alma infantil se enaltece plena de contenido moral para posteriormente y con estas fuerzas enfrentar los desafíos del mundo que les toca vivir. (*)

(*artículo escrito por una ex-profesora Waldorf y actual colaboradora de impulsos Antroposóficos)

Invitacion a Seminario Pedagógico-Antroposófico de Verano

Los invitamos cordialmente a la próxima realización del Seminario Antroposófico – Pedagógico de Verano que estará a cargo de Claudio Rauch.
 
Este año el contenido antroposófico del seminario tendrá una clara orientación pedagógica, en concordancia con el impulso vertido en las conferencias de «Introducción a la Pedagogía Waldorf» que se realizaron los días 22 y 23 de Diciembre y que tuvieron una tan amplia acogida.
 
El Seminario se extenderá por tres semanas desde el lunes 12 al viernes 30 de Enero de 2015, los lunes, martes, jueves y viernes, de 20 a 22 horas (eventualmente la hora de término puede extenderse hasta 20 minutos). Se realizará en la casa de la Corporación Kaspar Hauser, en Galvarino Gallardo 2155, Providencia, y tendrá un costo general de $85.000 y de $50.000 para estudiantes. Los que tengan dificultades económicas para costear el Seminario, pueden acceder a  una beca, para lo cual deben solicitar una entrevista personal al 2 22095295
 Seminario de Verano Antroposófico Pedagógico

CONFERENCIA INTRODUCTORIA A LA PEDAGOGIA WALDORF

A Profesores y Estudiantes de Pedagogia:

Los invitamos este lunes 22 de Diciembre a una conferencia introductoria a la Pedagogía Waldorf.

La Pedagogía Waldorf surge desde lo más íntimo de la ciencia espiritual antroposófica, puesto que surge como un ejemplo de la iniciativa puramente cultural, donde sólo alienta, alejado de toda influencia política o económica, el interés por el ser humano, por el ser humano en cierne, y donde, por lo mismo, pueda el maestro o maestra recorrer el camino que conduce hacia el arte de educar.

La conferencia será dictada por el Sr. Claudio Rauch, pionero de la actividad antroposófica en Chile, y creador de las primeras instituciones pedagógicas y terapéuticas: el Colegio Waldorf Giordano Bruno y el Colegio Terapéutico Miguel Arcángel. Actualmente se desempeña como terapeuta en la Comunidad Terapéutica de Cuyuncaví  y forma pedagogos, médicos y terapeutas en el Seminario de formación Antroposófica que realiza desde 1979. Desde ese mismo año, su actividad como conferenciante se extiende a más de 1.250 conferencias ofreciendo los frutos de una penetración profunda en la antroposofía e inspirando así, la renovación de los distintos ámbitos del quehacer humano.

Es de suma urgencia preparar profesores y profesoras enteramente dentro del carácter más arriba descrito, y así, junto a quienes se sientan llamados, formaremos un grupo de trabajo intenso desde el verano y a lo largo del año 2015.

Dirección: Galvarino Gallardo 2155, Providencia, a pasos de Carlos Antúnez con Ricardo Lyon,  cerca del metro Los Leones y Pedro de Valdivia. Horario: de 20 a 22 horas Adhesión voluntaria (previa inscripción)

Inscripciones e información: inscripcionesconferencias@gmail.com

CORPORACION KASPAR HAUSER

Como evitamos que nuestros niños se transformen en adictos, y NO como curamos las adicciones

Los diarios nos comunican que «la Televisión favorece el sedentarismo, esto está muy ligado a la “epidemia” de sobrepeso y obesidad», que “los menores de 2 y o 3 años no debieran ver TV, o máximo 2 horas diarias los preescolares», que»todos los países están dando la batalla a la adicción juvenil a Internet»…etc., etc. Estos son algunos de los titulares de los últimos tiempos.

Pero, ¿qué hacen los niños en sus casas, en las guarderías y jardines infantiles? en su mayoría les ponen televisión y /o los niños juegan con juguetes electrónicos.

A menudo se escucha decir que los niños en la educación básica no escuchan, que son incapaces de estar quietos, que son irrespetuosos. Pero los niños, ¿cómo pueden estar bien, si desde guaguas «conocen» más el mundo virtual que el real?

¿Qué hay detrás del mundo real?, ¿de la Creación? Hay una esencia, que el niño pequeño capta. El puede tocar la naturaleza, verla, olerla, oírla, etc.

Y ¿qué hay detrás de las imágenes de la televisión o de la Internet? Electricidad.

El niño está tranquilo, …casi hipnotizado, …como si estuviese “enchufado”, por horas.

Si de pequeños no le permitimos moverse, jugar y sólo estar mal sentado o echado viendo sus programas, sus monitos «inofensivos», ¿qué sucederá? Para responder esto preguntémonos ¿qué pasa con los niños del primer septenio? Ellos tienen que moverse, tienen que imitar movimientos humanos, movimientos nobles, armoniosos, movimientos de la naturaleza. Sin embargo ¿qué imitan? movimientos de los músicos de rock y otros, o movimientos de las imágenes que transcurren rápidamente una tras otra en un segundo.

Ese niño que se mueve correctamente en este primer septenio (que no ve imágenes virtuales) logrará la quietud para escuchar a sus profesores cuando pase a la Educación Básica. Pero el que no se movió, o sólo imitó movimientos mecánicos será muy pronto un candidato al «Ritalin» (entre otros medicamentos).

¡Dejemos a los niños ser niños! Pero, para eso, requieren de un entorno humano, no de máquinas. Ellos imitan y así aprenden todo en estos años, desde caminar hasta hablar. Sin embargo, todo lo que reciben desde las pantallas es sin “alma”. Por ejemplo, desde las pantallas escuchan una canción infantil, siempre la escucharán cantada desde el frío, no desde el calor de la voz humana, real.

¿Queremos educar correctamente a nuestros niños? Cómo podrá ser esto si ellos, mientras otros se les presentan en las pantallas, pueden comer, hablar y muchas otras cosas. De más grandes, cómo van a escuchar la voz humana o ver a los hombres que pasan delante de ellos? Más bien pasarán por encima, como lo hacen hoy, ya sin ver ni escuchar a nadie ¡Qué hablar de respeto por el otro!

La calidez de la mamá, del papá, de la nana, no se compara al frío de la pantalla o al juguete que se mueve solo, llora, chilla con voz estridente.

Cómo podrán nuestros niños crecer sanamente si los rodeamos de lo insano. Los juguetes adecuados como palitos, conchas, troncos, tierra, arena, …no existen ya. Entonces ¿dónde queda la creatividad, la vida imaginativa del niño? No, todos serán robotizados. Siguiendo el ejemplo de lo que se les dio en lo virtual, se disfrazarán de Blanca Nieves igual a la película que vieron, y se moverán como ella. Nuevamente, dónde está lo creativo del niño que se manifiesta cuando le cuentan el cuento y aun puede escuchar…

¿No es que acaso los niños TODO lo imitan y por lo mismo no discriminan? Para el niño pequeño “el mundo es bueno” (Rudolf Steiner) por lo tanto, incluso el peor ejemplo que se le dé, para él va a ser algo bueno y va a querer transformarse en eso.

Si el niño pequeño no discrimina, esto significa que aún no piensa, y eso es ser niño. Pero ¿qué hacemos los adultos? Los convertimos en pequeños adultos al decirles por ejemplo, ya pues decide ¿qué quieres? ¿Helado de chocolate o de frutilla?

Dónde están los sabios adultos, llámense padres o maestros, que guiaban al niño sabiamente respetando al ser infantil. Hoy todos tienen que ser adultos chicos, “no vaya a ser que les quitemos su libertad”. Pero, no! Los educamos en el caos. Así jamás llegarán a la libertad, sino que al libertinaje. ¿O es que se puede ser libre sin tener aún la capacidad pensante? Los adultos debemos de darles el cobijo en todo sentido, desde el abrazo cálido, a la calidez de guiarlos.

Guiémoslos de pequeños, démosles lo que ellos necesitan y tendremos niños sanos, y no adultos pequeños que se aburren y no saben qué hacer. Les hemos robado la capacidad imaginativa, los estamos robotizando de tal manera que en la adolescencia no les queda más que tomar drogas o suicidarse al darse cuenta del vacío que llevan en su interior, y por lo mismo del no sentido de la vida.

Mónica Waldmann W.

Maestra de Kindergarten del Colegio Waldorf Giordano Bruno

Leyenda de la Normandía

Hace mucho tiempo el Arcángel Micael y el diablo eran casi vecinos y cuando en una noche de invierno estaban sentados juntos, se enojaron: Satanás se jactó de que su poder era ilimitado, en tanto que el Arcángel Micael replicó que solamente Dios era el Todopoderoso.

«Bueno, entonces que Dios te ayude a construir un castillo», dijo el diablo, «también yo voy a hacer uno; luego veremos cuál de los dos será el más bello». El Arcángel estuvo de acuerdo. Pronto el diablo mandó todo un grupo de diablillos para traer grandes bloques de granito de todos los lados. hecho lo cual empezaron a trabajar, y ya pronto se levanto un tremendo castillo en una isla, expuesta a los embates de las olas del mar y azotada por las tormentas. Los diablillos arrastraron inmensas cantidades de bloques, de modo que pronto se irguió sobre el mar un macizo montañoso de granito. El diablo se sintió muy orgulloso de su obra, en cambio el Arcángel Micael no se empeñó tanto; de hielo cristalino erigió en la playa unos muros transparentes con atrevidas torres, adornadas de graciosas columnas. Ese castillo, radiante de luz, emitió su brillo diamantino a gran distancia y su resplandor dejó en la sombra las adustas masas de granito. El orgulloso diablo tuvo que admitir que se dio por vencido, y se retiró cabizbajo, pero la envidia no lo dejo dormir. Cuando ya no podía soportar su derrota, preguntó al Arcángel Micael si podrían cambiar castillos y, otra vez, éste estuvo de acuerdo.

Mas al llegar el verano, el palacio del diablo se derritió bajo los calientes rayos del sol, en tanto que el castillo del Arcángel Micael todavía existe hasta nuestros días, y se llama Mont Saint Michel.

Al diablo no le quedaba otra que vivir en una sencilla choza a la orilla del mar, pero poseía fértiles campos, pastos bien regados, unas lomas plantadas de árboles altos y verdes valles. En cambio el Arcángel Micael poseía tan sólo unas dunas de arena y si no hubiera sido por sus diarias oraciones, se hubiera muerto de hambre.

Después de algunos años de mucha carencia el Arcángel Micael se cansó de esa situación, buscó al diablo y le dijo: «Quiero hacerte un ofrecimiento; déjame todos tus campos, los trabajaré lo mejor que pueda y después nos repartiremos la cosecha».

Le pareció bien al diablo, y el Arcángel Micael siguió: «No quiero que te quejes después de mí; escoge tú mismo lo que prefieras. ¿Lo que crece encima o lo que crece debajo de la tierra?» El diablo sin pensarlo mucho exclamó: ¡Lo que crece encima! «De acuerdo, dijo el Arcángel Micael».

Seis meses después en el amplísimo territorio del diablo, no se veía sino cultivos de remolachas, zanahorias y cebollas. Satanás no cosechó nada; se quejo amargamente y quiso revocar el contrato. Por su parte el Arcángel Micael se había encariñado con la agricultura y no aceptó la cancelación. Y dijo Satanás: «De acuerdo, a condición de que en este año yo pueda llevarme todo lo que madure bajo la tierra». El Arcángel Micael asintió, y el diablo lleno de alegría ya no podía esperar las abundantes cosechas.

LLegó la primavera, y he aquí que todos los campos estaban sembrados de trigo, avena, cebada y colza. El diablo, al darse cuenta de que otra vez perdió, de puro enojo se puso rojo como un cangrejo. En el momento en que iba a pegar al Arcángel Micael, este le dió tan tremendo golpe en el lomo que, como bala, fue lanzado a los espacios lejos de la Tierra. En las rocas de Mortain, donde volvió a la Tierra, se ven todavía, hasta nuestros días, las huellas de sus garfios y cuernos.

Para siempre apachurrado, magullado y cojeando, se levantó y miró el fatídico monte; allí hubo Uno más fuerte que él. A El luego le dejó sus campos, pastos y bosques y busco su reino en otra parte: